viernes, 25 de agosto de 2017

El padre hurtado no está de moda


Dijo “dar hasta que duela”.
Alguien hoy da de esa manera?
Yo al menos no conozco. Ni yo siquiera
Pero lo espero. Siempre lo he esperado
Y sí he dado hasta el dolor
Pero no he recibido nada que se le acerque ni un poquito
Qué sería hoy de nosotros si nos multiplicáramos en padres hurtado?
Bello. Dulce. Cálido
Pero no. Hoy es lo mío, los míos, para mí y los míos
A ti no puedo darte, no me alcanza
Y yo creo que sí alcanza. Que mientras más se da, más se produce. Es como magia. Como la leche materna.
Pero no lo sabemos. O no lo creemos
Y seguimos así, encuevados cada uno en lo suyo sin conocer el placer de dar.
Porque es alegría, descanso del alma, emoción -compartida o no- no importa
Es calor humano, ése que tanto nos falta.
Qué pasaría si sólo tengo mil pesos y se los doy al que subió a cantar al metro? Me quedaré pobre? No! Mil veces no! Seré rica en mi espíritu. Seré llena del amor de  la música que él quiso dar.
Dar es dar…

Bienaventurado Padre Hurtado. Bendito Seas

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