domingo, 13 de agosto de 2023

AZUCENA (....en el agua): MI NOT-VIDA

AZUCENA (....en el agua): MI NOT-VIDA:   “Si no te gusta lo que cosechas, cambia lo que siembras”. leído en twitter Mi siembra ya fue, no se puede cambiar (Es mi hijo... hoy tien...

martes, 8 de agosto de 2023

MI NOT-VIDA

 “Si no te gusta lo que cosechas, cambia lo que siembras”. leído en twitter

Mi siembra ya fue, no se puede cambiar (Es mi hijo... hoy tiene ya 38 años). El fruto de esa siembra creció y fue lo opuesto a lo que yo esperaba.

Nunca he pensado ni menos hablado de esto. 38 años ignorando mi mal hacer. Duele y quizá por eso lo tenía bloqueado y no lo había hecho. Pero es la pura y santa verdad. Yo sembré mal, muy mal. Aquí está la famosa y tan mentada culpa. Me siento culpable por mi siembra. En realidad nunca me había sentido culpable. Debo tener un ego muy fuerte y por eso no la sentía. Pero ya, se supone que estoy creciendo -me refiero a espiritualmente- y eso implica hacerme cargo. Es verdad que me dejé llevar pero no perdona eso mi falta. Fui débil en mis convicciones, en mi moral.

Mi cosecha me hizo feliz durante 14 años y luego me hizo pedazos la vida. Sembré mala semilla. Nunca tuve claro lo obvio que era que había sembrado mal. No quiero ponerlo como excusa pero en realidad yo estaba muy enferma, sumida en una profunda depresión. Emocional y psíquicamente muy disociada de la realidad. No supe claramente lo que hacía. No puse barreras, me dejé llevar. Estaba en esos momentos en que sólo quería morir. Golpeaba mi cerebro la palabra “fracasada”, repetidamente como olas de mar, todo el día, sin parar. La soledad me mordía, atacaba sin compasión.

Quería un hijo, soñaba con ello. Quizá creía que así me sentiría menos sola, que sería mi salvación. Y fue así los primeros años, independiente de que fueron años muy difíciles. Económicamente pésimo, sola, sin apoyos ni ayudas de nadie. Proscrita. Y siempre atacada por la horrible energía de la familia, era un odio reconcentrado para el que yo no tenía escudo como defenderme; me destrozaba el alma. Es tanto que evito llamarle “mi” familia. Fueron tantos años de dolor, pero me consolaba con mi pequeña joya, ese hijo hermoso y adorable, excusa de esas personas para justificar tanto odio. Eran gente mala, mi propia familia y sus allegados. Y yo era muy débil emocionalmente.

Pero esta cosecha mía creció y se maleó, se volvió maleza. Una cosecha dolorosa como ninguna, maliciosa, maleza pura y viva, enredándose en mi siembra. Y contra el sembrador, en este caso yo. Por rebajarle la pena debo decir que busco algún cómplice, pero no, tristemente fue él solito el que urdió tanto dolor; punto por punto fue tejiendo su odio hacia mí -hasta sus 27 años- . Cómplices no le faltaron; tiene mucho verbo y pudo conseguirlos fácilmente; pero no es el caso hablar de ello, cualquiera le hubiera servido, era lo que  buscaba para destruirme definitivamente.

****

Van a cumplirse ya 10 años de la  horrible, intempestiva y jamás imaginada llegada de aquel horrible Email. Los primeros días y semanas estuve ausente de mí misma; estaba invadida por el dolor, cada fibra de mi ser era dolor, sólo dolor. Apenas podía caminar por las calles, se me doblaban las piernas, se me nublaba todo y el mundo se me daba vueltas... sentía que me iba a desmayar. Hoy, mirando hacia atrás, no logro imaginarme cómo fui capaz de vivir ese infierno sin aceptar una licencia médica y seguir cumpliendo correctamente con mi trabajo, a duras penas, pero lo hacía.

No sé ya cómo fue mermando esa angustia que me hacía trizas. Con medicamentos y terapia, obvio. Sola no sé qué hubiera pasado.

Mi madre murió el 11 de noviembre de 2010; el Email-Bomba me explotó en el aura y en todos mis cuerpos sutiles y físicos 20 días después, el 3 de diciembre (quizá me confunda uno o dos días, no más). Es de comprender que en el estado en que me encontraba, comenzando el luto por mi madre, no esté tan tan clara con las fechas.

A las 9h, comenzando el día llegó la Bomba. 

Nunca tuve ni la ocasión ni el interés de hacerme de una pareja. Siempre sola, entregando todo mi amor a ese y hijo y pronto a sus hijos, mis adoradísimos nietos. Entregando mi vida por esta incipiente y hermosa familia que estaba naciendo. Un hijo brillante y hermoso; y un par de nietos bellos y adorables como no había iguales. Mi niñita y mi niñito. Qué más podía yo pedirle a la vida. Yo que siempre fui ignorada y despreciada por mi propia madre, era ahora una madre y abuela tan feliz como creo no había en la tierra.

Pero apareció el demonio. Encarnado en mi propio hijo. El núcleo central del EmailBomba era que yo, yo! lo había abusado sexualmente a sus 5 años. Horror!! 5 añitos. Cinco angelicales añitos. El sólo escribirlo hoy me da  repulsión hasta la náusea. Cómo pudo ser tan diabólico, porque ya no cruel sino malo del alma!! Cómo pudo!! A mí que lo amé y cuidé con reverencia sagrada. Era mi tesoro, mi más preciada joya, mi maravilla. 

Y así, descuidada yo, me hizo explotar su elaborada bomba nuclear en mi piel, mi carne, mis huesos, mi alma, mi corazón. Me destruyó por completo, me hizo añicos.

Han pasado 10 años; aún continúo con medicamentos, ya no terapia porque en este país la salud pública no conoce la compasión; hace ya casi 4 años los terapeutas desaparecieron de mi vida.

Supongo que tengo tal fuerza vital que aún queriendo hasta el día de hoy morir y sólo morir, sigo con vida. Pensé en varias ocasiones en el suicidio pero quizá por cobardía no me atreví; imaginaba el horror de mis pequeños nietos al enterarse de una calamidad tal. Hasta que deseché la idea y concordantemente fui volviendo en mí. 

Siempre sola, me he ido reconstruyendo trocito a trocito, como un patchwork desordenado y discordante, pero entero.

Y aquí sigo, supongo que será hasta el día en que el caballero de arriba -si es que existe- lo disponga. Yo ya me cansé de luchar. No tiene caso. Pero tampoco sufro ya, al menos no tanto como al principio. Como era de imaginar -o no- también me quedé sin nietos. Son grandes ya.

Y así va la no-vida, la not-vida... Eso ha sido mi honorable y destacada vida.