domingo, 9 de septiembre de 2018

NECESITO ESCRIBIR Y NO PUEDO...


ESTO QUE ESCRIBÍ HACE MÁS DE 4 AÑOS SIGUE CON LA MISMA RESONANCIA EN MÍ Y NO SE VALE VOLVER A ESCRIBIR LO MISMO, ENTONCES LO PUBLICO A VER SI ALIVIA UN POCO MI ATRIBULADO ESPÍRITU

19 mar 2014
Un disparo a los ojos. Un latigazo frontal. Un golpe certero al corazón. Preciso, artero, escogido con pinzas. Un relato ficción que me desarmó la vida. Un grito interminable, infinito. Dolor que no ceja. Tristeza arrastrada por la muerte en vida. Qué error creer que la muerte es una sola. No. Yo he muerto ya infinidad de veces. Algunas muertes han sido más duras que otras. Creo que esta última ha sido, sino la más cruel y brutal, una de ellas. Cruel, sanguinaria, inflexible y rapaz. Qué espera el destino de cada uno de nosotros? Por qué si ya morí sigo aquí, zombie? Qué karma me tiene aún aquí, sangrando de horror y de imposible?

Cómo pudo? Por qué? Qué odio incontenible aquilatado por siglos lo llevó a querer matarme? Qué lleva en su alma? Quién es? Qué karma lo ha llevado a odiarme con tanto odio, con tanta saña, con tanta bajeza? Logrará él lavar su alma destilando su veneno mortal? Será esa su fórmula? Le dará buenos frutos? Pobrecito. Pobre alma adolorida. Lo amo tanto por Dios. Qué dolor por él, por mí, por sus hijos. Cómo quisiera saberlo feliz. Aunque no lo vieran mis ojos ni lo escucharan mis oídos. Saberlo, sólo saberlo feliz y en paz. Mi útero sabe de él y me cuenta. Todo el tiempo. No logro olvidar ni un solo segundo su ser. Y quisiera recibir noticias buenas. Que mi útero me dijera ya, ya puedes marchar, él es feliz.

Qué dolor tan abismal e interminable. Me siento día a día caer en el vacío del dolor y de la muerte. La vida es tan ajena a mí. Yo no vivo. Sólo estoy. Y sin embargo aún me quiere el destino aquí. Será para hincar con más fuerza los dientes del odio? O será que el último de mis días recibiré el perdón y la absolución? Si pudiera recibir la gracia y la misericordia divinas y partir ya de una buena vez y descansar, y llorar hasta disolverme en las aguas del mar…

21 mar
Así eran las cosas cuando él era un bello niño. Yo lloraba mis lágrimas secas -con Serrat y Miguel Hernández- y todo el milagro de ese niño de Hernández encarnaba en el niño mío. Y así, a pesar de todo, yo era infinitamente feliz
Nanas de la Cebolla
La cebolla es escarcha cerrada y pobre. Escarcha de tus días y de mis noches.
Hambre y cebolla, hielo negro y escarcha grande y redonda.
En la cuna del hambre mi niño estaba. Con sangre de cebolla se amamantaba.
Pero tu sangre, escarchada de azúcar, cebolla y hambre.
Una mujer morena resuelta en luna se derrama hilo a hilo sobre la cuna.
Ríete niño, que te traigo la luna cuando es preciso.
Tu risa me hace libre, me pone alas. Soledades me quita, cárcel me arranca.
Boca que vuela, corazón que en tus labios relampaguea.
Es tu risa la espada más victoriosa, vencedor de las flores y las alondras.
Rival del sol. Porvenir de mis huesos y de mi amor.
Desperté de ser niño, nunca despiertes. Triste llevo la boca, ríete siempre.
Siempre en la cuna defendiendo la risa pluma por pluma.
Al octavo mes ríes con cinco azahares. Con cinco diminutas ferocidades.
Con cinco dientes como cinco jazmines adolescentes.
Frontera de los besos serán mañana, cuando en la dentadura sientas un arma.
Sientas un fuego correr dientes abajo buscando el centro.
Vuela niño en la doble luna del pecho, él triste de cebolla, tú satisfecho.
No te derrumbes. No sepas lo que pasa ni lo que ocurre.