Duele la indiferencia de quien dice quedarse pero no lo demuestra.
Duele cuando tienes que preguntarte si realmente importas.
Duele cuando el silencio se vuelve respuesta. Pero aprendes.
Aprendes que no estás para adivinar intenciones, ni para sobrevivir en vínculos a medias.
Estás para amar con verdad, y para que también te amen así.
Para que dejes de mendigar amor y empieces a construir vínculos desde tu verdadero valor.
Pero, con quién? si no hay nadie alrededor...
Si nunca hubo nadie.
Me equivoqué a sabiendas. Quise inventarme, cerré mis oídos a la razón y aún sabiendo que no había correspondencia, me apegué, me mentí.
Lo sabía y me engañaba. Era un bello sueño y no quería dejar de vivirlo. Está bien. Fue hermoso dentro de la pena anticipada. Total siempre supe que no habría nadie para mí.
Pero, verdadero o falso, fue lindo. Y no me arrepiento. Lo vivido no me lo quita nadie. Hubiera sido peor hacerle caso a la razón y apartarme. Negarme a vivirlo hubiera sido mayor error. Guarda mi memoria los escasos encantos y alegrías y los acuna con amor. Tu hermoso caminar al llegar en las mañanas, tu silencio cuidando no provocar en mí amor, tu llamarme "muñeca". Tu manera de amar en el sexo, siempre cauteloso y un poco esquivo...
No sé si a veces me quisiste por sobre tu sueño. No lo creo. Tu foco siempre estuvo claro en tu proyecto de vida. Y lo supe y lo acepté. Porque sabía que no había nada más para mí. Porque aceptaba lo esquiva que fue siempre la vida conmigo. Porque tu presencia fue un regalo a pesar de lo efímero. Porque te medí y supe que eras lo que amaba para mí. Y estuvo bien. No fue error.