viernes, 30 de marzo de 2018

Cesante


Ayer fue mi último día de trabajo después de 13 años en la misma institución. Estoy anonadada. Ya había recibido en enero un adelanto de que esto podría suceder. Pero del dicho al hecho….
La cosa es que hoy navego en aguas oscuras y con oleajes que desconozco. No sé dónde estoy. No sé hacia dónde ir. Tengo 64 años y con esta edad nadie me dará trabajo. No sirvo como autogestora de nada. Soy para ser guiada en lo que haga. No sé vender, no tengo vocación de independiente. No se me ocurre nada.
Qué haré. No es la primera vez que vivo una cesantía pero antes era más joven y el mercado laboral me consideraba. Hoy estoy fuera por vieja. Nadie contrata a una vieja.
Hoy es viernes santo y nadie trabaja –igual que yo-, pero qué pasará el lunes y los días que siguen…. Vivo en depresión y si hasta ahora sólo era capaz de levantarme porque había un escritorio que esperaba mi presencia, desde el lunes no sé qué va a pasar. Esperar un milagro me parece sinvergüenza pues si no tengo fe cómo me voy a atrever…
Así la vida me tiene hoy en ascuas y entretejido con el dolor y la pena no es buen espacio para vivir.

viernes, 16 de marzo de 2018

Bajo la espada de Damocles


Mucho tiempo sin escribir. Mucho tiempo sin vivir, sólo dolor de todo tipo. Hasta cuándo será esto? El psicólogo me abandonó sin explicación. Sólo me las arreglo con las famosas pastillas que todos sabemos lo único que hacen es mantener a flote. Con amenaza de echarme del trabajo. Desde enero esa espada de Damocles sobre mí. Pasé mis vacaciones bajo el miedo. Que en marzo es probable que me echen. Aún no termina marzo… Si me echan no tengo nada que hacer. A mi edad no hay trabajos casi. Pensión, una burla que no da ni pal arriendo. Así que a vivir bajo un puente. Qué horror. Así moriría más rápido pero me da pánico. Si el Hogar de Cristo me recibe, allí me voy aunque me maltraten. Ya se sabe que las cuidadoras de adultos mayores los tratan mal. Pero me aguantaré, no me queda otra si me echan.