viernes, 15 de diciembre de 2017

Hastío


La angustia y el hastío de vivir no tienen límites. Acorralada bajo una montaña de cañerías, calefont malos, duchas de agua fría, gásfiter de punto fijo, gastos y más gastos…. 
Y la pena de la soledad. 
De las fiestas que una vez más se acercan y yo no tengo con quien vivirlas. Cinco navidades ya sin hijo ni nietos a quienes ver sonreír. Cinco años que han pasado por mi rostro dejándolo devastado. 
Los años se me han venido encima como espejos de mi atribulada alma.

Dudo si comprar regalos a mis nietos (el año pasado los vinieron a buscar en abril…). Dudo de no comprarles, me apena. Tampoco sé ya qué les gustará. Les he perdido la pista de tanto no verlos. 
Y la nostalgia de mi hijo ha crecido estos días de manera exponencial, ya me inunda toda y ni siquiera quiero trabajar ni vivir ni nada. Lo echo tanto de menos, quisiera tanto verlo, ver sus ojos, su risa burlona, su forma cariñosa y divertida. Quisiera tanto escuchar su voz, ya casi no la recuerdo. 
Qué pena tan enorme el final de esta vida!! Jamás imaginé un final tan doloroso

miércoles, 6 de diciembre de 2017

Círculo Vicioso


Cuánto tiempo hace que los días se repiten idénticos!? Sólo cambia el problema, la circunstancia, pero el tenor es el mismo: el mismo dolor, la misma pena, agobio por problemas domésticos, mala suerte en todo lo que emprendo.
Un ciclo vicioso imposible de romper. Y no puedo decir que no lo intento! Lo hago una y otra vez. Y una y otra vez todo falla.

Es tan tonto, tan imbécil vivir así. Cualquiera diría que soy una conformista y no! No me conformo. Me corroe día a día la rabia de no poder romper el maldito círculo.