Dijo “dar
hasta que duela”.
Alguien hoy da
de esa manera?
Yo al menos no
conozco. Ni yo siquiera
Pero lo
espero. Siempre lo he esperado
Y sí he dado
hasta el dolor
Pero no he
recibido nada que se le acerque ni un poquito
Qué sería hoy
de nosotros si nos multiplicáramos en padres hurtado?
Bello. Dulce.
Cálido
Pero no. Hoy
es lo mío, los míos, para mí y los míos
A ti no puedo
darte, no me alcanza
Y yo creo que
sí alcanza. Que mientras más se da, más se produce. Es como magia. Como la
leche materna.
Pero no lo
sabemos. O no lo creemos
Y seguimos
así, encuevados cada uno en lo suyo sin conocer el placer de dar.
Porque es
alegría, descanso del alma, emoción -compartida o no- no importa
Es calor
humano, ése que tanto nos falta.
Qué pasaría si
sólo tengo mil pesos y se los doy al que subió a cantar al metro? Me quedaré
pobre? No! Mil veces no! Seré rica en mi espíritu. Seré llena del amor de la música que él quiso dar.
Dar es dar…
Bienaventurado
Padre Hurtado. Bendito Seas
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