Desde hace meses soy maltratada vía correo electrónico. Antes también
era teléfono y mensajes de texto. Y antes fue física. Tirones, jarro de agua en la cara, remezones, gritos, policía...
Insultos, descalificaciones, amenazas, groserías, vulgaridades. Y lo
acepto y lo leo con el predicamento de que no me hace mal porque viene de un enfermo
mental.
Pero creo que en el fondo mi espíritu sí se siente dañado por tanta
escoria.
Voy a dejar de leer esta basura que enloda mi alma aunque yo lo niegue. Voy
a poner en spam todo este horror. Y que Sea lo que Dios Quiera.
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