sábado, 29 de julio de 2017

En busca del diagnòstico desconocido


Ahora la novedad es que quizá sea Trastorno de personalidad evitativo. He pasado por bipolar, por depresiòn endógena, por depresión mayor, por doble depresión… en fin. Esto de ahora no deja de hacerme sentido porque siendo el problema de base, generalmente se cae en depresiòn. No se sabe porquè se produce ni còmo se cura, a lo mejor  psicoterapia, a lo mejor una ayuda con antidepresivos.
Y mientras tanto yo hecha polvo, esperando que encuentren algo que me sirva. Me importa un comino el còmo se llame. Sòlo quiero sentirme bien. Y en vez de eso me siento cada dìa peor. Cada dìa un nuevo maldito síntoma sumándose a la ya interminable lista.
Con razón las personas me evitan. Al final  mi trastorno evitativo pareciera ser contagioso. Mientras evito, màs me evitan.   
Mi alma està siempre asustada de todo y de todos. Por eso lo de evitativo. Se supone que en algún momento hubo un daño venido del exterior y eso causa la conducta evitativa. Màs mejor no nos acerquemos porque nos puede ir mal. Entonces, si no se tiene la absoluta certeza de que un otro no te hará daño, te mantienes alejada, asustada y a la defensiva como leona herida…
Y tanto que necesito personas!! Poquitas pero valiosas. Y se han retirado, cansadas ya de aguantar mis quejas… Què pena para mì. Què descanso para ellos.
Si sólo los dos que quedaban no se hubieran ido, las cosas serìan menos tristes. Pero què hacer! Derechos son derechos. Y en la elección de amistades, inalienables.

Por evitativa no màs me pasò. 

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