Cuando yo estaba viva jamás imaginé que un día sería
invisible. Jamás. Sin embargo hoy compruebo minuto a minuto que lo soy. Nadie me
habla. Eso indica que nadie me ve, creo yo. A no ser que me vean y no tengan
nada que decirme. En todo caso es difícil esta situación.
Me canso de no sentir mi carne tocada por un otro, de
que mis ojos no encuentren otro par de ellos, de que mis oídos no reciban
palabra alguna. Hasta el gusto he perdido. Al comer lo hago sin gracia pues no
siento los sabores.
Es realmente triste y vano vivir así. Lo he dicho ya
mil veces, pero el que manda no escucha ni lee mis mensajes nada de tácitos
sino absolutamente explícitos. Creo que cualquier día me aburro de esperar y
corto por las mías. Medios no faltan …
No hay comentarios:
Publicar un comentario