viernes, 30 de junio de 2017

Cansancio...

Cuando yo estaba viva jamás imaginé que un día sería invisible. Jamás. Sin embargo hoy compruebo minuto a minuto que lo soy. Nadie me habla. Eso indica que nadie me ve, creo yo. A no ser que me vean y no tengan nada que decirme. En todo caso es difícil esta situación.
Me canso de no sentir mi carne tocada por un otro, de que mis ojos no encuentren otro par de ellos, de que mis oídos no reciban palabra alguna. Hasta el gusto he perdido. Al comer lo hago sin gracia pues no siento los sabores.

Es realmente triste y vano vivir así. Lo he dicho ya mil veces, pero el que manda no escucha ni lee mis mensajes nada de tácitos sino absolutamente explícitos. Creo que cualquier día me aburro de esperar y corto por las mías. Medios no faltan …

domingo, 18 de junio de 2017

Mi semana

(Todas mis semanas) se parten en dos: 5 días a medias en el mundo y 2 en algo así como un mundo paralelo. Un mundo mudo, silencioso, invisible. En estos dos días no hay mundo en realidad. En realidad no hay realidad. Sólo estoy yo en un desierto silencioso y cruel que dura 48 horas. Silencio que provoca que mi boca tiemble todo el tiempo de tanto estar cerrada. A ratos largos me siento enjaulada, a ratos quisiera dormir largamente para acortar este tiempo. Aparentemente estoy viva, lavo la ropa, la seco y la guardo. Reviso y limpio los floreros, riego una que otra plantita… pero así y todo es un tiempo interminable. Sobretodo porque no hay interrupciones humanas. Ni el timbre de afuera, ni el ring del teléfono, ni siquiera un whatsapp.
Paradójicamente llega el día lunes y se me hace que no hubo fin de semana, que fue tan corto que no viví y que sigo cansada. Y es claro. No viví. No hice nada que me resultara interesante, creativo, vivo.
Y comienzan los 5 días, largos, interminables, aburridos, solitarios. Apenas una que otra conversación de índole laboral, uno que otro saludo más amable que otros. A veces un sincero cómo estás?, desde ambos lados, que devuelve la sensación de estar viva, inserta en el mundo de los humanos.

En definidas cuentas, a mí me sobra el tiempo. Siempre. Entonces vuelvo a la pregunta latente en mi ser interno: para que estoy viva? Si ni yo misma me necesito. Para qué este absurdo permanecer en estos dos mundos, tan ingratos el uno como el otro.

miércoles, 7 de junio de 2017

Jaula Karmática


Creo que nací esposada con las manos en mi espalda. Nunca he podido realizar mis propios deseos, mis sueños, mis intereses. Siempre conformarme con lo que Señor Destino indique (encarnado en distintas gentes a través de esta insoportablemente larga vida).
Por qué? Karma? Tan nefasta he sido en vidas pasadas que merezco este presente absurdo, triste y anodino?
Por anga o por manga me tengo que ver obligada a una determinada conjunción que no elegí. A seguir instrucciones tácitas que no elijo ni quiero, so pena de enviarme a las llamas del infierno.
[Creo que lo único que he elegido en plena libertad es a mi hijo. Y vaya las horribles consecuencias que ha tenido tal decisión, las llamas del infierno propiamente tal].
Tengo que acostumbrarme a vivir así, aceptando mi sino. Pero a veces me rebelo. No hago el quite a las tareas duras que se me presenten, al contrario, pongo el pecho a las balas, me visto de enfermera o de monje sabia y doy la pelea.
Pero cuando quiero algo de satisfacción personal se me enjaula en alambres electrificados para que no lo alcance. Me rebelo, me enrabio, me apeno. Trato de extender mis manos para vivir lo bonito pero están atadas al peligro, a la amenaza, al miedo. Al castigo. Como cada vez que he contrariado a Señor Destino. Castigo y peor condición de vida.
Sufro. Aunque no debería ni soñar con ciertos apegos o glorias (pequeñas, a mi escala, nada espectacular), a veces olvido mi sino y caigo en la tentación y por instantes creo que ahora sí, ahora lo podré lograr, ahora tendré la libertad… pero surge siempre Señor Destino encarnado en quien me prohíba todo intento de rebelión. Y mi garganta se cierra aguantando un grito y un llanto reprimido por siglos y debo callar y sostener las lágrimas que quieren caer a borbotones como cascadas limpiando la roca impasible de mi rostro.

Cansancio. Eterno cansancio.

domingo, 4 de junio de 2017

Seré muy exigente?

Es mucho pedir un gesto de cortesía? Si un alguien me dice que está dispuesto a poner toda su atención en mí en determinado momento (vía chat anoche) y luego desaparece sin decir ni mus, es desagradable, no? Aunque haya una razón, un imprevisto, pues se comunica y ya, no es cierto?
En eso estoy. En esa pelea y el otro no pide disculpas, dice ‘lo lamento’. Es lo mismo? Yo soy una jodida exigente?
Dice el otro “te afincas en una idea y de ahí no sales. Yo pido disculpas una vez y PUNTO.”
Cuánto pierdo y cuánto gano? No gano nada más que un mal rato por sentirme desechable. Cuánto gano? Misterio. Futuro. Por ver y por vivir. Será mejor ceder y vivir? si es que el otro está dispuesto, claro.
Porque igual es raro que con ninguno me resulte. Será que no sé ceder? Me siento pasada a llevar siempre. Qué tal si en vez de sentirme ofendida anoche dedico mi tiempo y mi libertad a otra cosa entretenida sin quedarme pegada y enojada porque el otro me dejó sin explicación?

Y después cómo se sigue? El otro pensará que puede barrer el piso conmigo cada vez que se le antoje? Ayyy qué difícil!! Alguien tiene algo que decirme? Una ayudita por favor!

jueves, 1 de junio de 2017

MI CABEZA MALA

Busca que te busca las razones de mi cabeza mala -ya cansada y sin esperanzas, pero porfiada-, pienso en incidentes de mi infancia que quizá me marcaron para siempre:

1.- Mi madre me cuenta (muy suelta de cuerpo) que al nacer yo, ella lloró durante horas cuando le dijeron que había nacido mujer -mis dos hermanos anteriores son hombres. Las enfermeras sin saber cómo calmarla, le pidieron ayuda al médico; él vino y le dijo que era una broma, que era hombre; bastó para que se calmara inmediatamente……
2.- A los 8 meses de edad me operaron un tumor en la espalda; los médicos dijeron cáncer melanoma proliferante y me dieron un año de vida [hubiera sido ideal]. Luego me irradiaron no sé cuánto tiempo. A ese cuerpo pequeñito!...)
3.- A eso de mis 12 años recibí un golpe brutal en mi cabeza; como no hubo manifestación externa, no me llevaron al médico…..
4.- Calculo que a los 5 años dejé de reír y comencé con unos dolores de hígado horribles, además de vomitar cada vez que subía a un vehículo (imagino que algo malo me sucedió a nivel emocional que me causó ira interna y al no saber resolver, provocó estos síntomas). Yo sentía que para mis padres esto era más que una preocupación, una molestia. Extrañamente, al cambiarme de colegio y verme obligada a tomar dos buses de ida y dos de vuelta, cesaron automáticamente estas molestias.


De ahí en más todo fue mal en mi vida. Y siempre he anhelado ser adivina o sabia o vidente o bruja para bucear en esa memoria pasada y poder dilucidar qué fue lo que me arruinó la vida para siempre