sábado, 4 de febrero de 2017

La angustia me está matando.

Creo que podría morir en cualquier momento. Mi corazón late en desorden desbocado, mi pecho está aplastado por una roca de piedra que no puedo remover. Y el llanto está ahí, atascado sin poder (o querer) brotar. Me siento horrible y no sé cómo remediarme. Las personas lloran y se alivian. Otras gritan, otras golpean. Y yo me quedo paralizada, adentro de mí, tan dentro que no me puedo encontrar ni enfrentar para hacer algo por nosotras. Dios! Algo por nosotras Yoes. Algo… Dios ayúdame a salir de mi cárcel opresora. No resisto hoy. Quizá qué malos sueños inundaron mi noche… quizá qué demonios visitaron mi Ser. Estoy manchada, oprimida.
Ayer intenté por primera devolver los insultos, atrocidades y amenazas. Y respondí. Con rabia. No con la misma moneda pero sí con la necesidad de equilibrar la balanza. y se ve que no lo supe hacer. sólo me resultó angustia de vuelta. UUff! Si lo único que di fue amor, cómo entonces me es devuelto con tanto odio!! Dios. Debo poner siempre siempre la otra mejilla? Tan insípida soy que no sé reaccionar. Mira cómo estoy, muriendo de angustia. Sólo por haber tratado de poner las cosas un poco en su lugar. Súmale que llevo 2 meses guardando los regalos de navidad a mis nietos y a sus madres no les interesa que vengan a buscarlos y pueda yo ver sus ojitos de ilusión. Y si de base le ponemos a mi hijo repartiendo día con día más injurias y bazofia en mi contra...
Dolor, terrible dolor. Hasta cuándo tendré que soportarlo. Si mi corazón ya está tan apretado que apenas funciona como máquina destartalada. Si ya no sé respirar. Si ya no sé -y nunca supe- hacerme respetar. Eso es. Hacerme respetar. No sé hacerlo. Soy mendiga de amores (como camilo sesto, ja)

Quisiera ser como mohamed alí y saber defenderme. Quisiera saber golpear de vuelta sin recibir como un bumerang el golpe en pleno corazón. Quisiera ser la que no soy. Quisiera ser la que no fui. Quisiera no ser. Nunca más. Nunca más ser. No puedo más. No puedo con el dolor arrastrándose como serpiente por mi pecho, taladrando a mi alma, desbocando mi espíritu. No puedo más ser el punching ball de cuanto tarado se acerca a mi vida. No quiero ser la imbécil que recoge ‘miguitas de ternura’. Quiero saber mandarlos a todos a la mierda y quedarme tan liviana como un colibrí 

1 comentario:

  1. Qué terrible sentirse así. ojalá pronto lo superes.


    Un abrazo tranquilizador.

    ResponderEliminar