miércoles, 18 de enero de 2017

LOCURA vs. LOCURA?

Quién está más desequilibrado? Él, que pasa del amor al odio violento o yo que lo acepto en mi vida y no encuentro la manera de salir de esto. 

Por qué estoy con él? Por conocer lo que no conocí nunca, lo que significa compartir un poco la vida? Por sentir en carne propia a los seres humanos? Por vivir de a de veras y no a través de literatura, teleseries y vidas ajenas? 

Por acogerlo y tratar de ayudarlo en su dolor interno oculto tras las adicciones (ayuda que nunca antes alguien me aceptó?)

O por alguna oculta compulsión en mi psiquis? Si nunca había recibido maltrato de nadie ¿por qué lo acepto de él?

Qué es más cercano a la vida?
El desequilibrio amor-odio –LA LOCURA, o la indiferencia y la ausencia –EL DESAMOR TOTAL?

Si jamás un hombre me había declarado tanto amor, a pesar del ‘pequeño detalle’ de estar loco. Si jamás yo había sido importante para nadie. Un hombre que me regala flores, joyitas, una argolla de compromiso y me ofrece matrimonio pero que está enfermo de su mente. Alcohólico, drogadicto y quizá esquizofrénico. Y que me violenta física y verbalmente, tratándome con una rabia inaudita, hasta ir detenido por suss malos tratos. Y me dice, cuando le recuerdo este evento: “me trataron bien [en tribunales], fueron muy educados. Me dijo (el juez) cómo siendo Ud. un hombre educado la trata así? Porque la amo!! (y pienso: jijij, como en las canciones... la maté porque era mía...) Pero eso no es manera de amar dice el juez…”

Un celópata que ve peligrar mi interés por él en donde no lo hay. Que no me cree. Que cree a estas alturas de mi edad (3ra) cree que todos los hombres quieren acostarse conmigo. Que sólo me quiere para él, celando incluso mi amor por mis nietos. Y que en cualquier momento me puede llevar a una muerte violenta. 

Qué es más cercano a la vida? la indiferencia del desamor o la intensidad del amor-odio?

domingo, 1 de enero de 2017

AÑO NUEVO EN EL MIEDO (FEMICIDIO?)

A pocos días de la celebración de las fiestas de fin de año me vi envuelta en una especie de ensoñación (sencilla y nada extraordinaria, pero para mí tan sola siempre…) que no busqué. Vino este hombre y casi contra mi voluntad quiso celebrar conmigo. Yo acepté porque es tan insistente que no hay cómo esquivar (y porque luego de años de pasar sola quise probar). Y tuvimos una bonita Noche Buena. Solos y en paz.

Y pensar que quizá pudo ser. Aquello que él llamaba nuestro amor de otoño. Me regaló un anillo grabado. Lindo el anillo, sencillo y de buen gusto. A ratos pensaba que podría llegar a quererlo y pasar mis últimos días con él.

Pero una vez más rompió todo. Todo margen fue traspasado. Borracho y drogado quiso entrar a mi casa a la fuerza. Llamé a la policía. Amenazó con quemarme, me gritó a voz en cuello los peores insultos en la calle delante de los vecinos. Saltó la alta muralla de los vecinos para entrar a mi casa. Como ellos lo echaron afuera salió a conseguir una herramienta de las que usan los delincuentes para reventar cadenas y candados. Casi morí de miedo. Me quedé casi sin reaccionar. Gracias a Dios los vecinos también llamaron a la policía y llegaron pronto y se lo llevaron detenido. Pero como en este país los detenidos salen limpios de polvo y paja en unas pocas horas, ayer y hoy he estado con el alma en un hilo. En este país no se le detiene a la gente por amenazas graves, sino cuando ya son cumplidas. Aunque reforcé las medidas de seguridad de la casa estoy angustiada, en vilo. No sé qué irá a pasar. No sé si quedó detenido o no… traté de averiguar inútilmente. En este país las instituciones no dan respuestas.
No es mi primer Año Nuevo sola. He vivido muchos. Pero sola y atemorizada, nunca.

Será lo que será y no hay más. Abrazos a todos.